En ocasiones el sistema inmunitario deja de reconocer determinadas sustancias o tejidos propios del organismo y, al considerarlos una amenaza, los ataca para neutralizarlos.
La causa es desconocida. Aún así, las investigaciones realizadas postulan diferentes hipótesis. Las teorías que tienen más adeptos son la predisposición genética, la influencia de ciertos medicamentos, la infección por determinadas bacterias o virus o la exposición a algunos factores ambientales.
De esta forma, son muchos los factores que pueden influir como desencadenantes de una enfermedad autoinmune. Podemos citar entre los más comunes:
- Alimentación
- Tabaco y otros tóxicos
- Estrés y factores psicológicos
- Cambios hormonales
- Hábitos higiénicos y sanitarios
Cuando el sistema inmunológico no marcha adecuadamente, no puede distinguir a las células propias de las ajenas. En vez de luchar contra antígenos externos, las células del sistema inmunológico o los anticuerpos que producen, pueden ir en contra de sus propias células y tejidos por error (Arthritis Foundation). Incluso, hay corrientes científicas que sugieren que la interacción de varios de estos factores lleva al desarrollo de las enfermedades autoinmunes. Y es que no es raro que una persona sufra más de una enfermedad de este tipo.
Síntomas más frecuentes
A pesar de que hay diferentes enfermedades autoinmunes con síntomas muy distintos, casi todas comparten algunos:
- Fatiga
- Mareos
- Malestar crónico
- Fiebre
- Depresión: suele deberse a que el paciente no asume sufrir una enfermedad crónica, que asocia a que no tiene curación
- Dolores articulares
- Pérdida de peso
- Síntomas neurológicos